martes, 29 de abril de 2014
Alnus glutinosa
El aliso (Alnus glutinosa) es un amante de nuestros ríos, un precioso morador de muchas riberas. Ocupa uno de los primeros lugares dentro de los árboles que quieren estar al lado del agua, en muchos casos bebiendo directamente de ella. Su presencia dentro del bosque de galería junto a especies como distintos sauces, saúcos, fresnos o álamos, llena de magia estos lugares que en primavera se vuelven tan frondosos y llenos de vida.
Es un árbol que alcanza los 25 m de alto, con nódulos de bacterias fijadoras de N en las raíces. Sus hojas son redondeadas, vértice obtuso, a veces algo pegajosas, borde ondulado. Sus yemas son pedunculadas (característico).
Las flores se abren a finales del invierno, las ♂ van en amentos de cimas largas. Las flores ♀ van 2 por cada bráctea, en inflorescencias de aspecto globoso, elipsoidales, sobre pedúnculos que forman grupos. Permanecen tiempo en el árbol, no se deshacen. El fruto es de tipo aquenio, con unas estrechas alas.
Distribución: desde el norte de África, Europa y parte de Asia. En España hay muchas alisedas; formando parte de bosques de galería con chopos, sacues, saúcos, fresnos, abedules. Va desde Galicia, la franja norte, desde las montañas hasta estuarios de ríos, en León, Ávila, Cáceres, Madrid, Andalucía, Pirineo, Cataluña, norte de Aragón, no en Baleares.
Crece rápido, brota bien de cepa, poco longevo (< 100 años). Es estrictamente silícola y exigente en humedad. Su madera es de color rosado, resistente a la humedad (se fabrican zuecos y vigas en Venecia), carbón para pólvora. Su principal uso es para proteger las riberas de los ríos.
En las raíces someras posee nódulos ( de 2 a 12 cm de diámetro) fijadores de nitrógeno atmosférico, asociado a la bacteria Actinomyces alni. El aliso necesita tener sus raíces permanentemente embebidas en agua. Tolera encharcamiento periódico siempre que haya renovación de agua corriente.
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